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Nuestra Señora del

Monte Carmelo

La Virgen del Carmen es la Virgen María, la Madre de Jesús y por ello Madre Nuestra.

 

Las distintas advocaciones que Ella recibe son producto del lugar y del mensaje que Ella nos trae. Así en distintos momentos de la historia Ella se ha mostrado vestida de diferentes maneras, es por esta razón que se le conoce con distintos nombres o advocaciones como por ejemplo La Virgen del Carmen, que toma su nombre en alusión al Monte Carmelo.

Sobre sus orígenes, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo. Fue entonces que Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la región. Después de varias veces que Elías subió al monte, al momento apareció una gran señal: “Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano” (1 Rey 18, 44). 

A partir de entonces el Monte Carmelo –ubicado al oeste del lago de Galilea y cuyo nombre significa Jardín de Dios- se convirtió en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas. 

Estos hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto, comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.

En el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, llamado Alberto, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a la Regla de Vida dada por el mismo Alberto, Patriarca de Jerusalén y que fue aprobada por los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina. 

Posteriormente en el S. XVI Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo descalzo reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura. Y es así como se difunde a América.

También la rama femenina de carmelitas llegó a diferentes países de América Latina como Colombia. En 1690, la rama femenina carmelita se extendió a Chile, fundando el primer monasterio chileno “El Carmen Alto de San José” en Santiago. Con el tiempo y la abundancia de las vocaciones nacieron otros conventos, entre ellos el Monasterio de Los Andes, en donde se santificó la primera santa Carmelita de las Américas, Santa Teresa de Jesús de Los Andes. 

Respecto del origen del mensaje de la Virgen del Carmen, éste lo encontramos en Inglaterra. 

 

El domingo 16 de julio de 1251, San Simón Stock, Superior General de la Orden del Carmen que vivía en el convento de Cambridge, y que estaba rezando por el destino de su orden, recibió la celestial aparición de la Santísima Virgen María.

Estaba Ella vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entrega diciendo:

 

“Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno”.

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía:

Material provisto por la Cofradía Nacional del Carmen.

-Historia y Devoción a la Virgen del Carmen, Obispado Castrense de Chile. Pbro. Claudio Verdugo Cavieres. Santiago de Chile 2007.

-Virgen del Carmen Reina de Chile. Revista Aniversario de Coronación 80 años. Diciembre 2006.

-Aprendo quién es la Virgen del Carmen. Conferencia Episcopal de Chile. Área Educación 2010.

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