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FIESTA DE

SANTA TERESA DE ÁVILA

15 DE OCTUBRE

Liturgia Eucarística

y

Actualidad de Santa Teresa hoy

“En nuestra sociedad, a menudo carente de valores espirituales, santa Teresa nos enseña a ser testigos incansables de Dios, de su presencia y de su acción; nos enseña a sentir realmente esta sed de Dios que existe en lo más hondo de nuestro corazón, este deseo de ver a Dios, de buscar a Dios, de estar en diálogo con él y de ser sus amigos” (Benedicto XVI). Fue la primera mujer proclamada Doctora de la Iglesia, el año 1970.

 

 

Oración colecta. 

 

Señor Dios nuestro, que por medio de tu Santo Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús (nuestra Madre) para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. 

 

 

Oración de los fieles. 

 

Iluminados por la Palabra de Dios y la doctrina de santa Teresa, oremos al Padre, confiadamente por las necesidades de la Iglesia y de la humanidad.

- Por la Iglesia, nuestra Madre, que el Señor ha querido santa y sin mancha, para que por ella santifique y una en la fe y en la caridad a cuantos creemos en Cristo,
roguemos al Señor.

- Por el Papa y todos los obispos de mundo, por los sacerdotes y predicadores del Evangelio, para que sean santos en su vida y sabios en su doctrina, para llevar a las almas a Cristo, roguemos al Señor.

- Por todos las personas de buena voluntad, para que en el diálogo con Dios aprendan a dialogar también con los hombres e instauren en el mundo la paz y la justicia, roguemos al Señor.

- Por los religiosos y religiosas, llamados por el Espíritu a vivir intensamente su consagración bautismal, para que a través de la oración sean verdaderos amigos de Dios, roguemos al Señor.

- Por el Carmelo Teresiano que celebra en este día la solemnidad de su Madre Fundadora, para que mantenga vivo en la Iglesia su mensaje de oración y de amor, roguemos al Señor

- Por nosotros que participarnos en esta Eucaristía, para que, a ejemplo de santa Teresa, vivamos siempre unidos a Cristo y trabajemos por la santidad y la unidad de la Iglesia, roguemos al Señor.

* Padre de bondad y de misericordia, que, con Cristo y el Espíritu Santo, has puesto en nuestro corazón tu morada, por los méritos e intercesión de santa Teresa, haz que obtengamos cuanto te hemos pedido y nos comprometamos a realizar cuanto deseas. 

 

 

Oración sobre las ofrendas. 

 

Señor, sean aceptables a tu majestad los dones que te presentamos como te fue grata la oblación de santa Teresa de Jesús (nuestra Madre). 

 

 

Prefacio.

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación proclamar, Señor, tus maravillas en la perfección de tus santos y cantar tus misericordias con santa Teresa, (nuestra Madre), al celebrar hoy su fiesta. Porque tú eres el Dios vivo y verdadero que en tu infinita bondad y sabiduría llenas con tu presencia todas tus criaturas y has puesto en nuestro corazón la morada de tu gracia. Has revelado el misterio de tu inmenso amor en la humanidad de Jesucristo, tu Hijo; tú nos lo has dado como compañero en nuestras flaquezas, maestro de la verdad, modelo de nuestro trato filial contigo, amigo fiel y esposo de las almas, manantial inagotable de la santidad de tu Iglesia. A él cantan los cielos y la tierra, los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar: Santo... 

 

 

Oración después de la comunión. 

 

Señor Dios nuestro, concede a la familia de tu Iglesia que has alimentado con el pan, bajado del cielo, cantar eternamente tus misericordias como santa Teresa de Jesús (nuestra Madre). 

 

Bendición final:

 

Dios, nuestro Padre, que os ha llamado a celebrar la fiesta de santa Teresa de Jesús, os conceda también participar de su santidad y sabiduría. Amén.

Que él os haga gustar la dulzura de su amistad divina a través del camino de la oración aprendido en la escuela de santa Teresa, maestra de oración en la Iglesia. Amén.

Que él os llene de ardor apostólico para ser, como santa Teresa, testigos gozosos de su amor entre los hombres e hijos fieles a la Iglesia. Amén.

.¿Qué es lo que la hace actual para que sigamos interesándonos por ella después de tanto tiempo?

La respuesta es sencilla: su experiencia. Ella no teoriza sobre cuestiones más o menos interesantes pero alejadas de la vida concreta, sino que se centra en lo esencial: comparte la manifestación de Dios en su historia personal y nos enseña a encontrar a Dios en nuestras vidas y a relacionarnos con él.

Teresa de Jesús reúne en sí una actividad incansable de viajes, compras de casas, negociaciones para conseguir permisos… (que se recoge en el libro de las Fundaciones y en sus numerosas cartas) y una profunda vida interior que se desboca en un misticismo ardiente (el cual queda reflejado en el Castillo interior). 


En ella se unen la introspección y el deseo de comunicación, la firme voluntad de realizar grandes empresas y la llaneza en el trato, la defensa decidida de algunos valores esenciales y la capacidad de repensar otros y de adaptarse con facilidad a las circunstancias cambiantes. 

Esa unión armónica de realidades tan distintas la hace especialmente atrayente. 

Además, fue una mujer muy simpática; las enfermedades, los trabajos, las humillaciones y los desprecios nunca consiguieron apagar su optimismo.


Hoy se la presenta también como modelo de «resiliencia», que es «la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas». (Diccionario de la lengua española DRAE). No se trata solo de «sobrevivir», de «resistir» a las desgracias, sino de superarlas usándolas como un trampolín para crecer y mejorar. 

En cierta ocasión estaba de viaje desde Ávila hacia Medina del Campo para fundar su segundo monasterio de carmelitas descalzas. Cuando se encontraba a mitad de camino, vinieron a decirle que la casa que les habían ofrecido ya no estaba a la venta y que la fundación no se podía hacer porque habían surgido dificultades que parecían insuperables. ¿Qué hizo ella?, ¿se echó atrás? 

Al contrario, comenta así su reacción:
«¡Oh, válgame Dios! Cuando Vos, Señor, queréis dar ánimo, ¡qué poco hacen todas las contradicciones! Antes parece [que la dificultad] me animó, pareciéndome que si comenzaba a alborotarse el demonio, era porque se había de servir el Señor de aquel monasterio» (F 3,4).

Su fuerza interior proviene de que ella sabe con certeza que Dios no es una figura del pasado, sino que sigue manifestando su misericordia a quienes lo buscan con sinceridad:
«la grandeza de Dios no tiene término, tampoco lo tendrán sus obras. ¿Quién acabará de contar sus misericordias y grandezas?» (7M 1,1).



Como Teresa, acojamos en nosotros la misericordia de Dios, que no se cansa de amarnos ni de perdonarnos, y caminemos decididos hacia el cielo, hijos del Carmelo.

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