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Hábito Carmelitano

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Un monje cristiano primitivo llamado Juan Cassiano dijo que el uso del hábito religioso se debía eliminar del mundo para evitar la vanidad y el orgullo o que debía ser lo suficientemente simple como para poderlo compartir como propiedad común. Muchos años después, el movimiento mendicante de la Edad Media enfatizó el significado del hábito como un atuendo penitencial, similar a la tela de sayal o a las cenizas. Aparte de este concepto acerca del hábito religioso, los carmelitas tienen una comprensión diferente que refleja de modo especial nuestro carisma, y que está profundamente arraigada en nuestra relación con el profeta Elías, María y la Regla de San Alberto de Jerusalén.

 

El Libro medieval de los primeros monjes del monte Carmelo, cuenta la historia que conecta la trayectoria espiritual de la Orden Carmelita con Elías y su escuela de profetas. Este documento antiguo explica el significado del hábito que le daban los profetas bíblicos del desierto. El profeta Elías generalmente se representa en las iconografías usando una prenda de vestir peluda, y Juan el Bautista también es representado con un vestido de piel de camello y un cinturón de cuero alrededor de su cintura. Por lo tanto, para los carmelitas, el hábito representa nuestra herencia espiritual como hijos del profeta Elías.

 

María también es muy importante en el modo como los carmelitas comprenden su hábito. Desde los orígenes de la Orden, los carmelitas se han dedicado a la profunda devoción a la Bienaventurada Virgen María. El hábito, y en particular el escapulario, es un símbolo de la protección especial de María y el deseo de revestirnos de en Cristo. Nuestra Señora del monte Carmelo está siempre representada con el hábito carmelita, y esto implica que el escapulario sea un símbolo del deseo de María de revestirnos de Cristo. Por tanto, para los carmelitas, el hábito también representa el gran privilegio de ser hijos e hijas de María.

 

Finalmente, la Regla Carmelita de San Alberto habla del hábito como una armadura simbólica que nos protege en nuestra guerra espiritual. San Alberto, citando a San Pablo, dice: "Deben tomar todas las precauciones para vestirse con la armadura de Dios para estar listos a resistir la emboscada del enemigo". Vuestros lomos deben estar ceñidos de castidad, sus pechos fortificados con meditaciones santas, ya que, según las Escrituras, la meditación sagrada os salvará. Poneos la santidad como vuestro peto, y os permitirá amar al Señor tu Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma y con todas vuestras fuerzas, y al prójimo como a vosotros mismos".

La Túnica

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La túnica es la prenda interior que cubre el cuerpo de arriba hasta abajo y representa la penitencia, la tela de sayal y las cenizas penitenciales. Los carmelitas al llevar esta túnica deben recordar y pedir perdón por los propios pecados y los pecados del mundo entero.

 

"Juan llevaba un vestido de piel de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre". Marcos 1: 6

 

Elías, al igual que Juan el Bautista, estaba vestido con pelo de camello mientras vivía en el desierto. En la iconografía, Elías es generalmente representado con unas vestiduras rústicas hechas de pelo de animal. El Libro de los primeros monjes dice que la túnica de los carmelitas estaban inspiradas en las prendas de pelo de animales.

 

La túnica era el atuendo que llevaban puesto los penitentes, aquellos siervos de Dios que lloraban y oraban por los pecados de ellos mismos y del mundo entero. El propósito de la túnica era similar a la tela de sayal, que era una prenda áspera destinada a causar incomodidad y así recordarle q quien la usara la realidad de su naturaleza pecaminosa.

 

El color marrón (café) oscuro representa las cenizas, lo que nos recuerda que somos polvo, y que al polvo volveremos. También representa lo sucio de la tierra, que es a la vez humilde y fructífera, ya que la palabra “Carmelo” significa “Jardín de Dios”.

El cinturón está hecho de cuero y se usa alrededor de la cintura, representa la castidad al tener la cintura ceñida. Los carmelitas deben unir todas las virtudes con el amor, lo que los hace perfectos.

 

“La mano de Yahveh vino sobre Elías que, ciñéndose la cintura, corrió delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel”. 1 Reyes 18:46

 

Juan el Bautista y Elías vestían un traje hecho de pelo de camello y llevaban un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Juan el Bautista vino con el espíritu y la fuerza de Elías. El Libro de los primeros monjes dice que Elías fue el primer profeta en practicar la castidad.

 

El cinturón alrededor de la cintura representa la unión de las virtudes en el amor, lo que los hace perfectos. También representa la castidad, mortificando y sometiendo los deseos egoístas de la carne y el corazón, en la integridad y el autocontrol.

 

La frase bíblica "ciñe tus cinturas" se refiere a tirar y atar la parte media de una prenda para prepararse para la acción. Un carmelita siempre debe estar listo para actuar en nombre del Señor.

El Cinturón

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El Escapulario

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El escapulario es una tela que cuelga sobre los hombros, cubriendo el pecho y la espalda, representa el trabajo y ser siervos del Señor. Los carmelitas siempre deben estar listos para servir al Señor.

 

Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Lucas 1:38

 

La Santísima Virgen María es ejemplo para nosotros de una fiel sierva del Señor en su gran trabajo oculto de criar a Jesús. Originalmente el escapulario era una prenda de trabajo, como un delantal. Los carmelitas deben estar listos en llevar a cabo la obra del Señor, entregarse a cualquier tipo de trabajo y nunca estar inactivos.

 

Desde los inicios de la Orden, los carmelitas han sido devotos de la Bienaventurada Virgen María. El hábito, particularmente el escapulario, es un símbolo de la protección especial de María y el deseo que ella tiene de que nos vistamos de Cristo. Nuestra Señora del monte Carmelo generalmente se representa con el hábito Carmelita. Es realmente un privilegio usar el Escapulario Carmelita. La devoción al escapulario carmelita es muy popular entre los laicos, y hay muchas cofradías del escapulario del Carmen.

La capucha (o capilla) es una prenda que cubre la cabeza y los hombros, y representa la humildad y el yugo de la obediencia. Los carmelitas deben someterse alegremente a la voluntad del Señor.

 

Respondió Elías: «¡Vive Yahveh Sebaot a quien sirvo! Hoy me presentaré a él.» 1 Reyes 18:15

 

La capucha nos recuerda que debemos llevar humildemente el yugo de la obediencia, una carga que es suave y ligera, y someternos con alegría a la voluntad del Señor.

 

Los carmelitas deben respetar a sus priores con humilde reverencia, pues se trata de quien Cristo ha puesto sobre ellos, y los priores a su vez deben tener en cuenta las palabras del Señor y hacerse servidores del resto de sus hermanos. Este respeto y servicio mutuos crea una comunidad de caridad fraterna, en la cual la voz suave del Señor puede ser escuchada, discernida y seguida.

La Capucha

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El Manto

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El manto es la capa blanca que se usa por encima del hábito y representa la pureza de mente y corazón. Los carmelitas deben sobresalir en el consejo evangélico de la castidad.

 “Asió sus vestidos y los desgarró en dos. Tomó el manto que se le había caído a Elías y se volvió, parándose en la orilla del Jordán”  2 Reyes 2: 12-13

Cuando Eliseo se convirtió en su discípulo, Elías arrojó su capa sobre él. Antes de que Elías fuera llevado al cielo, Eliseo pidió recibir una doble porción de su espíritu. Elías dejó caer su manto desde el carro de fuego, y Eliseo lo tomó.

 

El manto representa que somos descendientes espirituales de la escuela de los profetas Elías y Eliseo. El color blanco del manto representa la pureza del corazón y de la mente, la santidad y la castidad.

 

El Libro de los primeros monjes dice que Elías fue el primer profeta en profesar la castidad. Los carmelitas deben ejercer las virtudes, asistidos por la gracia divina, para ofrecer a Dios un corazón puro y santo, libre de toda mancha de pecado.

La Cruz que se lleva cerca al corazón sea el signo de mi unidad a la cruz de cristo en donde el crucificado sea cada religioso, al convertirse  en ese Cristo que hace falta en la cruz de madera que recibe.

Las Sandalias son signo de pobreza y de confianza en la Providencia Divina.

La Medalla y el Rosario son símbolos de nuestra filiación a la Santísima Virgen María del Monte Carmelo como religioso netamente mariano. Signo de obediencia, de amparo y de entrega a la oración mariana, y a la protección de María.

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